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La integración sensorial

  • Foto del escritor: Lucia
    Lucia
  • 3 may
  • 3 Min. de lectura

Muchas veces en la primera infancia, nos preguntamos ¿por qué se meten todo la boca? ¿por qué no le gusta ese ruido? ¿por qué le cuesta tanto la hora del baño? La integración sensorial es un tema muy presente en esta etapa, ya que los niños en sus primeros años de vida suelen reconocer y entender al mundo desde sus sentidos. Los sentidos están en nuestro cuerpo para darnos información sobre el ambiente que nos rodea a través de la observación, audición, el olfato, tacto y sensaciones. Así, poco a poco le vamos dando un significado y simbolismo a todo lo que recepcionamos por esos medios. 


Algunos ejemplos que pueden suceder cuando hay una adecuada integración sensorial: cuando responde a estímulos comunes (ruidos, diferentes texturas, contacto físico), presenta una buena coordinación motora (uso adecuado de su movimiento y fuerza corporal), tiene un desarrollo natural a nivel de lenguaje y social (se comunica y relaciona con sus pares y otros adultos), puede disfrutar de diferentes experiencias sensoriales (explora con curiosidad). 


Estas situaciones, así como otras, se dan en diferente intensidad con cada niño o niña, ya que están aprendiendo a identificar e integrar las sensaciones, diferenciando sus preferencias de las que no. Además,  cada uno de estos aspectos dependerá del proceso de maduración en el que se encuentren.


Entonces, entendemos la integración sensorial como un proceso neurobiológico que permite al niño/a organizar la información o estímulos sensoriales que provienen de afuera, generando una respuesta o reacción adaptativa al ambiente donde se desarrolla. Es así como aprenden adaptarse y entender el mundo que los rodea y, mientras este proceso tenga una adecuada maduración, sus respuestas sensoriales se irán reemplazando por comportamientos más elaborados acompañado de palabras que le den un simbolismos, conceptos y significados a sus sensaciones. 


Ahora, ¿qué pasa cuando un niño/a presenta dificultad en el proceso de integración sensorial? 

Algunos signos que nos pueden indicar que hay una dificultad son: responde de manera exagerada o poco reactiva a los estímulos, como no tolerar o no percibir ruidos, texturas, contacto, etc; tener dificultad para realizar tareas motoras autónomamente (cambiarse, rechazar etiquetas, zapatos) o juegos que requieran coordinación corporal; desbordes emocionales por sobreestimulación; dificultad para mantenerse periodos de atención adecuados a la edad.   


El desorden de integración sensorial genera que el niño/a no integre adecuadamente los estímulos que recibe, por lo tanto sus reacciones suelen ser poco adaptativas a su ambiente. Esto se traduce en problemas de aprendizaje y/o comportamiento dentro del colegio, en la dinámica familiar y en sus entornos más cercanos.  


Si bien esta dificultad puede ser parte de diferentes trastornos del desarrollo, no es exclusivo de ellos. Pues, el cerebro aún está en pleno desarrollo, por lo cual los niños y niñas con esta dificultad pueden ir generando aprendizajes con la intervención adecuada. La intervención temprana e integral (niño/a, familia, colegio) es vital para que haya un aprendizaje saludable. Asimismo, tener claridad sobre estos procesos y herramientas prácticas para acompañarlos puede cambiar la experiencia emocional de la misma.


El terapista ocupacional es quien se encarga de evaluar y descartar este trastorno  por medio de una evaluación sensorial e intervención ocupacional; donde los niños e  idealmente, las familias puedan ir reconociendo las necesidades y abordarlas desde la validación. Así, poco a poco ir generando en el niño los recursos necesarios para su desenvolvimiento en el mundo.


 
 
 

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